Este artículo titulado “la mujer
como objeto sexual en la publicidad” está escrito por Pedro David Chacón
Gordillo y en él se nos habla, principalmente, del papel de la mujer en la
publicidad.
En un primer momento nos
encontramos con un resumen del artículo, del cual hemos podido sacar unas ideas
principales como son:
-
El
papel de la mujer en la publicidad como reclamo sexual, deseo y seducción.
-
La
mujer aparece como objeto, destacando sólo su cuerpo y belleza, dispuestos a la
satisfacción masculina.
-
El
predominio de la figura femenina sobre la masculina en anuncios con contenido
sexual.
A medida que se va desarrollando el
artículo, el autor va hablando sobre el tema del que trata, apoyándose en
ejemplos reales que todos conocemos, pero que se escapan a simple vista. Al
poner ejemplos reales, prácticos, sobre el papel de la mujer en la publicidad,
o mejor dicho, sobre el papel que la publicidad le quiere dar a la mujer,
consigue que nos paremos a pensar en esos anuncios que vemos a diario, que reflexionemos
sobre ellos y que veamos los fines que quieren alcanzar y a qué precio.
Haciendo un recorrido temporal de
la presencia del erotismo y del sexo en la publicidad, vemos que se han
producido cambios importantes. Antiguamente, la presencia de estos aspectos tan
“íntimos y privados” no estaba bien vista si aparecía en anuncios
publicitarios, ya que el pensamiento de aquella época era muy conservador. Que
la publicidad tomara un cuerpo como objeto que llevara al consumismo y encima,
dejando de lado el respeto hacia la persona, era algo inaceptable.
A medida que fueron pasando los
años y viendo que estos aspectos conseguían alzar las ventas, apareció la
publicidad subliminal, la cual es invisible a los ojos en cierta medida, pero
no invisible para el subconsciente. Este tipo de publicidad está prohibida
actualmente, aunque eso tampoco supone un contratiempo ni un problema para la
publicidad actual.
Actualmente, la publicidad incluye
el sexo y el erotismo en los anuncios, a veces superando los límites y
rompiendo las reglas. Los creativos publicitarios no se conforman con captar la
atención del público de una manera normal, sino que quieren ser mejor que la
competencia, lo cual les lleva a incluir en sus anuncios contenidos sexuales.
Desde un punto de vista personal,
creemos que la publicidad debe renovarse, modernizarse, y ponerse al nivel de
la sociedad actual. Sin embargo, creemos que se puede hacer una publicidad que
use el erotismo pero dentro de unos límites de corrección, elegancia y respeto,
como bien dice el autor del artículo.
Volviendo al artículo, el autor se
centra específicamente en la utilización de la mujer en la publicidad. Nos
cuenta cómo la mujer es utilizada para los anuncios que tienen más contenido
sexual, como hemos dicho anteriormente, jugando el papel de reclamo de atención
o reclamo erótico hacia el sexo masculino. En la mayoría de los anuncios para
hombres, aparece una mujer guapa, desnuda o casi desnuda que llama la atención
del sexo masculino, para luego centrarla en el producto.
A partir de esto, el autor hace
referencia a una clasificación de las mujeres modelos. Uno de esos tipos es la
mujer como objeto decorativo, formando parte del producto. Otro de ellos es la
mujer escaparate, la mujer como un trofeo del hombre, la cual representa la
posición social y su riqueza.
Además, nos hace pararnos a pensar
en los anuncios que vemos todos los días, y que seamos capaces de ver el papel
que juegan ambos sexos en la publicidad. La mujer siempre juega el papel de
objeto sexual, de reclamo consumista, o por otro lado, el papel de madre,
esposa y ama de casa. Por el contrario, el hombre juega el papel de autoridad,
sabiduría y experiencia, siendo las profesiones más altas para él.
Resumiendo un poco las ideas que
hemos leído hasta ahora, podemos ver que la publicidad le da a la mujer un
papel inferior a la del hombre. La mujer es un objeto sexual, de perversión, de
pasión, de consumismo, un ser que tiene que ser perfecto para el hombre. En
cambio, el hombre tiene un papel de poderoso, de superioridad sobre la mujer,
de ser dueño de ella.
Lamentablemente, esta es la
publicidad que hay hoy en día, publicidad por la que todos, en menor o mayor
medida nos dejamos influenciar. Publicidad que lleva a que se sigan manteniendo
ciertas ideologías machistas sobre el género femenino, ideologías de dominación
masculina, ideologías invisibles que se van transmitiendo a los más pequeños,
que observan el papel que tiene la mujer y el que tiene el hombre; la
perfección que deben tener ellas para gustarles a ellos, y la superioridad de
ellos, que las tienen como posesiones personales.
Todo ello se refleja tristemente en
la sociedad a la que va dirigida esa publicidad. Sociedad fácilmente
influenciable a varios niveles, como por ejemplo, a nivel político, donde la
mayoría de los altos cargos están ocupados por hombres. A nivel social, donde
el pensamiento machista perdura y fomentan los casos de anorexia. A nivel
económico, donde el hombre trae el dinero a casa y por eso se le da los más
altos cargos, mientras que una mujer es mejor que eduque a sus hijos y se ocupe
del hogar. Y a nivel personal, haciendo que nos creemos una imagen equivocada
de la mujer.
Por ello, creemos que igual que se
ha modernizado la publicidad hasta alcanzar los límites del sexo y el erotismo
en los anuncios sin tabúes, también puede modernizarse de una manera que no se
infravalore la figura femenina, ni se tome por un objeto sin personalidad.
Démosle una vueltecita a la publicidad actual de manera que no se infundan en
jóvenes pensamientos inadecuados y que no se refuercen los mismos en los no tan
jóvenes.