Esta investigación de
Patricia Digón Regueiro, profesora de la Universidad de A Coruña, nos habla sobre Disney y su mundo.
Si cuando escuchamos la
palabra Disney solo se nos viene a la mente palabras y pensamientos positivos
como por ejemplo diversión, dibujos, fantasías, niñez… han conseguido en
nosotros el efecto que querían conseguir.
Hay que tener en cuenta,
que los dibujos que Walt Disney dibujó en sus inicios no estaban pensados para
un público infantil ya que, por ejemplo, el primer ratón Mickey, en sus inicios
no era más que un ratón descarado y rebelde.
Estos dibujos fueron
suavizándose de alguna manera durante los años posteriores, y sobre todo tras
la muerte de Walt Disney, entre ellos el ya mencionado y famoso ratón Mickey
Mouse hasta que, poco a poco se ha ido convirtiendo en el dibujo que es ahora.
Estos dibujos ya estaban enfocados a un público infantil pero sin olvidarse de
los adultos. Disney no busca solo entretener sino también educar.
La compañía Disney está
valorada en más de 65.000 millones de dólares ya que no solo se limitan a hacer
películas. No nos podemos olvidar de que esta multinacional tiene multitud de
imputaciones relacionadas con la esclavitud infantil, abusos y explotación de
trabajadores aunque se empeñen en vendernos una imagen de defensa de la moral y
del bien público.
En las historias de Disney
nos encontramos numerosos estereotipos sexistas, racistas y clasistas.
Las mujeres se presentan
como un mal para el hombre, como por ejemplo en Hércules. Hay que destacar también la idea del héroe masculino
valiente y luchador.
El tema racista se puede
ver por ejemplo en El rey León, dónde
Scar, el hermano malvado es de Mufasa,
es mucho más oscuro que él. En la película de La Sirenita, el cangrejo
“tonto” tiene casualmente un acento cubano.
Si analizáramos las películas de Disney con detenimiento nos daríamos cuenta de muchas cosas que han pasado desapercibidas durante mucho tiempo.
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